jueves, 8 de julio de 2010

Back from the top of the rock

Al final anoche ni fotos ni segundo post, porque después de escribir el primero me entró pereza y tras el baño viendo el partido de España y el cansancio acumulado me quedé dormida y me desperté a las doce de la noche. Cambié de postura y a seguir durmiendo hasta esta mañana a las cuatro, hora en que me despierto habitualmente. No me pesa, porque eso me ha permitido afrontar descansada la jornada, bastante menos calurosa, por cierto, gracias al nublado y a que ha llovido un poco esta mañana.
Hoy tocaba visita al museo de arte moderno de Nueva York, el famoso MOMA y no ha sido nada decepcionante. Es como el Reina Sofía, tal vez con menos obras en cuanto a cantidad pero compensa con calidad. Es muy emocionante ver en persona los cuadros que normalmente ves reproducidos en libros de arte y postales. Pero, claro, no hay sorpresa, por lo que me quedo del museo con esas obras "menores" de las que ni conocías el autor hasta que las has visto y que te sorprenden. También con la arquitectura del museo, que es espléndida. Y con sus ventanales, que tienen una vista magnífica sobre las calles adyacentes y sus edificios. Y con su tienda también me hubiera quedado, pero me he conformado con la famosa taza de cerámica a la que ya le había echado el ojo desde España y con una bola de goma que hace el mismo efecto que las de nieve pero con brillantina. Muy mona.
Luego he visitado la tienda Lego en Rockefeller plaza y luego he subido al mirador del Rockefeller Center que también es impresionante. No puedo compararlo con el del Empire State, al que subí de noche y aún me queda la entrada del City Pass, pero hay algo seguro: el Rockefeller cuenta con las mejores vistas sobre Central Park y, además, tiene la ventaja de que puedes ver la mole del Empire contrastado con el resto de edificios. Sin haberlo visto de día, repito, me quedaría con el Rockefeller, puestos a elegir.
Después me he dado otro paseíto por la quinta avenida, he entrado en la tienda de la NBA, en la de la NHL... Algunas van a Versace y yo voy a Ver deporte (vale el chiste es pésimo y merezco la reprobación de Gambero. Esto es la mala influencia de Fede).
Después me he pasado por un Duane and Barnes, que son una especie de pequeños mercadonas neoyorquinos que me están viniendo muy bien. La mayoría de ellos (no todos) tienen neveras con bocatas y bols de ensalada, te ponen el precio con los impuestos (es la gran trampa de Nueva York, lo del precio del que luego te encuentras las tasas) y bebidas muy frescas incluida el agua. Ojo, yo me estoy dejando la pasta en agua y para que os hagáis idea, si te compras una botella de un litro en una tienda normal, son 3 dólares. No os asustéis como hice yo el primer día, porque es el precio normal. En Duane sale por 2.20, así que aplicad la misma historia al resto de productos.
Aquí adjunto algunas fotos de ayer y hoy antes de irme, esta vez sí, al ferry que le da la vuelta a Manhattan.
La primera corresponde al edificio del Applestore desde el ascensor de cristal, las dos siguientes son de Central Park, las cuatro o cinco que le siguen son del MOMA y exteriores desde sus ventanas y al final hay una reproducción del rockefeller center hecha con piezas de lego.













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