lunes, 5 de julio de 2010

Nueva York no vale ná

Por si alguien no conoce el chiste, es una ironía. Esto es la caña.

Son las cuatro y media pasadas de la tarde y por fin he alcanzado el hotel. En pocas palabras: vuelo bien, comida a bordo excelente, café pésimo, aproximación al aeropuerto infame y aterrizaje correcto. La gente incluso se ha puesto a aplaudir porque después de unos quince minutos de aproximación que se parecían más al barco vikingo de la feria o al artefacto ése que baja de golpe, el personal se esperaba algún desastre.
Desastre el control de pasaportes: tres cuartos de hora en cola. Te miran el pasaporte, te toman las huellas de los diez dedos de las manos y hasta te hacen un escáner ocular. Alucinante. Pero esto es como las entradas de los campos de fútbol: el que quiere fastidiar, encuentra la manera.
Coger el supershuttle (minubús que lleva a 7 pasajeros a sus respectivos hoteles) también ha llevado un cuartito de hora más, pero la verdad es que el servicio es muy bueno, cuesta la mitad que el taxi y yo lo recomiendo vivamente.
Por mucho que te hayas preparado mentalmente y hayas visto todas las pelis y los capítulos de Castle y de CSI Nueva York, es impresionante cuando por fin ves el skyline con el orgulloso Empire State Building un poco apartado de los demás y el resto de edificios. Los pasajeros, entre ellos dos neocelandeses muy simpáticos que tenían un importante punto hobbit, nos hemos dejado el cuello intentando ver todo lo posible desde el primer momento. Yo he tirado una foto para inmortalizar el momento Skyline y de repente todos se han puesto a sacar sus cámaras para hacer lo mismo. Marcando tendencias.
En cuanto al hotel, es una pasada. Empezaré por el pero: las paredes no llegan a ser ni de pladur. Espero que en la habitación contigua no tenga ninguna pareja de luna de miel o en vías de divorcio.
Por lo demás, es algo increíble: lo primero que ves al entrar es la piscina y el bar. La habitación es una monada. Yo tengo la individual pequeña que se ve en la foto de la web del hotel. Los pasillos son monísimos. Y en el precio te lo incluyen todo: wifi, caja fuerte... Hasta un puerto de Ipod para que puedas escuchar música o la radio, si quieres. Darían ganas de comprarse uno, si fuera el caso.
No estoy muy cansada aunque sí algo despistada con los horarios: en el avión nos han dado aperitivo, almuerzo y una merienda estupenda. Y después de casi tres horas aquí, vuelve a ser hora de merendar!!!
Pero yo no voy a hacerlo. Me voy a duchar y me voy a tirar a la calle a aprovechar lo que queda del día.
Saludos a todos. Espero que por casa las cosas vayan bien. Mamá me ha dicho que ya me han cambiado la encimera, pero lo que me preocupa es otra cosa y no necesito decir más. Espero que todo vaya bien en ambos hogares.

P.D. Por si alguien cree que estas cosas sólo pasan en las pelis, nada más salir de Málaga, el piloto ha llamado por megafonía preguntando si había algún médico en el avión. Parece que a una señora le ha dado un arrechucho gordo y casi nos volvemos al aeropuerto. La verdad es que a la hora de comer la vi acostada en los asientos traseros y tenía un color verdoso muy preocupante y una mascarilla puesta en la boca. Esperemos que no haya sido nada.

Luego otro post.

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